Cristiano se va por puente de plata
El Mundial reaparece con dos partidos de enorme atractivo, pero en ese regreso se cruza la noticia de la inminente marcha de Cristiano a la Juve, próxima a consumarse cuando escribo estas líneas. Me ha parecido el mejor jugador que he visto en el Madrid desde Di Stéfano, pero todo se acaba. Florentino le ha abierto la puerta, ofreciéndole salir por una cantidad que hoy no es relevante, y él acepta el reto y se va. Cobrará lo mismo que le ofrecía el Madrid, dispuesto a subirle hasta los 30 limpios. Pero Cristiano siente como una afrenta ese precio de 100 millones (sólo 20 más que Morata hace un año) y no quiere seguir donde se siente afrentado.
Ha sido un largo choque de egos entre dos personajes de ego subido. Florentino nunca llevó bien que el fichaje no fuera suyo, sino fruto de la gestión de su predecesor, Calderón. Nunca ha disimulado sus preferencias por Benzema y Bale, y Cristiano ha tenido la permanente sensación de que las atenciones de todo orden que recibía Messi en Barcelona no tenían que ver con el trato que Florentino le daba a él, por muchos goles que metiera y por muchos Balones de Oro que ganara. Así que no es de extrañar que cruce este puente de plata, en forma de traspaso muy barato para sus méritos. Los dos, Florentino y él, querían perderse de vista.
Por lo demás, y en esto no estará de acuerdo conmigo Roncero, creo que es buen momento para que deje el Madrid. Con 33 años, no iba a ir a más. El Madrid le fichó por 96, se va por cien y deja aquí sus nueve mejores años y 450 goles en 438 partidos. Su salida abrirá la puerta de entrada quién sabe si a Neymar o Mbappé, y quizá ofrezca a Bale, ya sin excusas, la posibilidad de demostrar si puede ser o no el ‘jugador franquicia’ del club. Se cierra una etapa y Lopetegui tendrá como primera tarea ver cómo compensa el déficit de goles que crea la ausencia de Cristiano, cuya ejecutoria en el club es legendaria. El Madrid tendrá que gastar, porque el gol es lo más caro.