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Fin de una era de jugadores irrepetibles

Se terminó. La derrota de la Selección Argentina frente a Francia puso fin a un ciclo de jugadores difícil de reemplazar. Fue Javier Mascherano, el futbolista que debutó antes en la Albiceleste que en River la piedra fundacional de una generación que lideró Lionel Messi. Su proyección nació en las juveniles argentinas. Fueron campeones del mundo y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing. Marcaron una era por talento, compromiso con la Albiceleste, y por haber elevado cada uno de ellos el prestigio de los futbolistas argentinos en el fútbol europeo.

En este ciclo en el que llegaron a tres finales consecutivas, Mundial de Brasil 2014, Copas Americas de 2015 y 2016, llegaban a Rusia con la experiencia del aprendizaje de esos golpes. Nunca reconocidos en la Argentina como méritos. Y siempre señalados como una generación del fracaso.

La inestabilidad de la AFA y los repentinos cambios de tres entrenadores en los últimos cuatro años durante los cuales los dirigentes se fagocitaron a Tata Martino, Edgardo Bauza tampoco sumaron estabilidad a una Selección que necesitaba más que un conductor un psicólogo.

Y como si el destino estuviera marcado, esta generación volvió a chocar con sus propios errores.

Peso demasiado en ellos la frustración de no haber podido coronarse con un título. Y esa carga en un país tan exitista como Argentina, fue la mochila de la frustración que despertaba todos los fantasmas en cada obstáculo durante los partidos. El miedo a perder le ganó al talento y la audacia para buscar la victoria. La inestabilidad del entrenador y el proyecto fue disimulado la falta de una identidad de juego con las patríadas individuales de los históricos.

Argentina empató con Islandia, perdió con Croacia, le ganó a Nigeria y perdió con Francia sin que sus delanteros, su mejor arma, ni siquiera Lionel Messi, fueran las figuras del equipo.

Jorge Sampaoli tampoco contribuyó a mejorarlos ni a espantar sus fantasmas. Al contrario, lo sumergió en un mar de dudas cada partido.

Renunciaron Mascherano y Biglia a la Selección. Queda saber cual será la decisión de Lionel Messi, quien había dicho que “Con un mal resultado en el Mundial tenemos que irnos todos”. Los dirigentes ya negocian la salida de Sampaoli. Pero el fútbol de la Selección Argentina deberá ser redundado y el proceso de reconstrucción llevará muchos años hasta que vuelva a dar a luz una generación que se aproxime a la que se despidió en Rusia 2018. Solo queda saber si Lionel Messi será parte o no de la refundación.