Argentina: una camiseta que transpira por sí sola
La imagen contagiaba. En ella se veía a decenas de aficionados argentinos en los andenes del metro de San Petersburgo, cantando en aliento de su selección, como si se acabara el mundo. Es de las horas previas al decisivo duelo con Nigeria, en el que un país descansaba en Sampaoli y Messi. Y en una camiseta, la albiceleste, que transpira por sí sola. El partido fue más emotivo que bueno, alimentó las dudas y justificó las quejas que, de plató en plató televisivo, se sucedieron tras el empate inaugural con Islandia y, sobre todo, con la derrota ante Croacia. Abultada. Dolorosa como no se recordaba.
Sangre, sudor y lágrimas