Suárez deshoja la margarita

Es curioso. En tiempo record y contra todo pronóstico el Real Valladolid asciende a Primera, desata pasiones y ahora de lo único que se habla es de la situación que vive la entidad y de la posibilidad de que Carlos Suárez, presidente en los últimos diecisiete años, pueda tomar la decisión de vender la entidad. Parece que en estos días está valorando las dos posibilidades, seguir o hacer caso a los del “Suárez vete ya”. Y en esas estamos. De entrada, hay que dejar claro que Carlos Suárez está en su perfecto derecho de hacer lo que crea oportuno. El 58 por ciento de las acciones son suyas y ahí estuvieron en su día para que se hubiera hecho con ellas quien hubiera querido. No se le puede recriminar que ahora pueda hacer negocio porque estamos hablando de una S. A., de una empresa y los empresarios compran y venden con el único objetivo de hacer negocio. Si Suárez sigue, estará en su derecho y seguirá corriendo riesgos o podría redoblar sus ganancias en un futuro. Si se marcha, hará un negocio redondo y ya no tendrá que amargar la vida a sus detractores, lo cuales tendrán la oportunidad de o comprarle a Suárez sus acciones o de disfrutar de un presidente que sea más de su gusto.

Particularmente, me es indiferente que Suárez siga o se vaya, él sabrá lo que es mejor y quiere hacer. Lo que me preocupa de verdad es en las manos que pueda caer el club. Si la venta es para dar el relevo a un empresario implicado y con más músculo económico que el actual presidente, bienvenida sea la venta. Pero si los del “Suárez vete ya” se salen con la suya y el club pasa a pertenecer a cualquier especulador o interesado en hacerse publicidad, reconoceremos que lo mejor es que las cosas sigan como están. Yo a Suárez no le pido ni que se vaya ni que se quede, le pido solamente que no venda el club a ningún tunante.