Precaución. Huyamos de la euforia. Esto no ha terminado. Lo tiene muy difícil el Numancia, pero no imposible. Dentro de los playoffs existe un precedente que debe asumir como el catecismo el Valladolid. Sucedió hace unos años. El Girona se quedó sin el ascenso directo por un gol del Lugo fuera de tiempo y afrontó a los tres días la promoción ante el Zaragoza en La Romareda. Los de Machín ganaron 0-3 y todo el mundo dio por hecha la clasificación de los catalanes, hasta ellos mismos. Craso error. Tres días después los aragoneses ganaron 1-4 en Montilivi y se plantaron en la final ante Las Palmas. Finalmente subirían los canarios. Y buceando más en el tiempo recuerdo un ascenso del Salamanca en Albacete tras haber perdido 0-2 en El Helmántico. Los charros ganaron 0-2 y en la prorroga alcanzaron hasta un 0-5. Es decir, precedentes de catástrofes existen para que el Valladolid no piense que la eliminatoria está terminada.

Aunque la mayor garantía que ahora encuentro es la sensación que transmite este Valladolid de Sergio. El entrenador y los jugadores fueron los primeros al término del partido de Soria en pedir cautela y reconocer que quedaban noventa minutos de juego ante un muy buen equipo, el Numancia. Este Valladolid no estará despistado y no se fía para nada de los de Arrasate. Es más, no quieren especular, quieren volver a ganar, ser el segundo equipo que haya ascendido ganando los cuatro partidos del playoff. La ambición de este grupo no tiene límites y parecen un equipo imparable, desconfiado del rival pero letal.

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