Alfonso VIII pudo con el león
Lo dijo el capitán Julio Álvarez en As: “Si hemos remontado una vez en Zaragoza, por qué no una segunda”. El Numancia ha pasado por merecimiento, por coraje y por ilusión. “Prefiero querer a tener la obligación”, aseguró el gran capitán. La suerte hay que buscarla y trabajarla. Si el Numancia se ha clasificado para el playoff, y ahora para la final a doble partido, es porque siempre ha estado ahí. No ha hecho una segunda mitad de campeonato buena, ha sido una temporada regular, con premio. No ha bajado de los diez primeros y de 42 jornadas, en 30 de ellas ha estado en zona de promoción. Aitor Fernández es el mejor portero de la categoría. En la defensa puede jugar cualquier hombre. En el centro del campo, Íñigo Pérez y Diamanka, los dos goleadores, se entienden a la perfección. Guillermo-Higinio, tanto monta, Mateu, Pere, Nacho, los Valcarce, Manu… y todos y cada uno de los jugadores, banquillo o grada, empujan y suman como un todo. Se sobrepusieron al golazo de Zapater en Soria y al de ayer, en claro fuera de juego, por cierto.
Y es que como esto es un juego, a veces te dan y otras te quitan, sin querer comprar una balanza romana para cuadrar pesos porque la ilusión pudo con el imperativo. Pude ver el partido en Salamanca, ciudad que de tener un histórico equipo en Primera ahora lucha con dos por un puesto en la categoría de bronce. En Soria debemos valorar lo que tenemos, y lo hacemos, pero la humildad, a veces estrictamente franciscana, no está reñida con la ambición. Toca descansar y esperar el rival de la final: Valladolid o Sporting, dos rivales de una historia tremenda en Primera, como también la tiene el Real Zaragoza. Alfonso VIII, quien corona el escudo numantino y de la ciudad, derrotó al león y ahora aguarda la batalla final.