Iniestinha, el Neymar de España

Iniesta jugó anoche su último partido con España en suelo nacional. Tras el Mundial dejará la Selección. Pero antes de que eso llegue tenemos la suerte de que va a jugar en Rusia. Y tengo la impresión de que va a ser uno de los protagonistas del Campeonato. Estoy deseando que así sea, para ver si está otra vez entre los candidatos al Balón de Oro y se repara la injusticia que se cometió con él en 2010, cuando claramente mereció un trofeo que le fue negado incomprensiblemente.

Lógicamente, Iniesta, nuestro Iniestinha, va a tener competencia. Además de Messi y Cristiano, dominadores absolutos del Balón de Oro en la última década, asoman con fuerza Neymar, que ha vuelto con estrépito, y Griezmann, que se ha hecho un hueco entre los grandes. Pero Iniesta, a su máximo nivel (y aún le queda motor para los siete partidos que, en el mejor de los casos, disputará España en el Mundial) puede brillar tanto como cualquiera de los otros. Porque tiene el don, la magia, el duende de los mejores.

Pero para que brille Iniesta hace falta que brille España. Se retroalimentan. Iniesta luce especialmente en los equipos en los que hay movilidad, juego vivo y desmarque. En esas condiciones, Andrés es el rey del último pase. Iniesta es de esos jugadores que influyen en el juego del equipo. Y últimamente se asoma más al gol. Lo único que ahora necesita es zafarse de ese estado de permanente homenaje en el que ha vivido el último mes y centrarse en lo que viene: su último Mundial.