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Sentimiento franjirrojo

Mucha gente, todavía, a día de hoy, me pregunta que por qué soy del Rayo. Cuando la pregunta debería ser, ¿cómo no serlo? Lo es todo. El Rayo está por encima de jugadores, entrenadores y, por supuesto, presidentes. El Rayo es de la afición. Nuestro, de los que sufrimos cada semana, de los que nos enfadamos cuando un jugador se va por dinero porque aún nos 'molesta' que no sientan la camiseta como nosotros.

El Rayo es del barrio. Para mí, el mejor de Madrid, un barrio donde se tiende la mano, en el que nos ayudamos. En el campo del Rayo es en el único en el que no se anima a los jugadores sino al equipo. Claro que Embarba, Álex Moreno, Fran Beltrán, De Tomás y muchos más han hecho buen año y han sido clave para este ascenso. Pero ellos se irán y quedaremos los de siempre. Incluso si volvemos a bajar, ahí estaremos los de siempre. Ellos han sido importantes esta temporada, pero más, el pequeño Iker. Otra vez el Rayo --la afición-- demostrando que nos cuidamos y nos protegemos.

Sé que a veces puedo resultar pesada diciendo tanto, en todos los sitios que puedo, que soy de Vallecas pero me siento muy orgullosa de mi barrio, mi equipo y mi gente. Por supuesto que también me gustaría darle las gracias a otro rayista y vallecano. Gracias Míchel, nos cogiste a punto de bajar y estaba claro que no iba a haber nadie que entendiera tanto al equipo como tú. Gracias por devolvernos la ilusión. Ahora y siempre... ¡A las armas! Te quiero, Rayo.