Las vueltas que da una vuelta

No se trata de un juego de esos sobre si escuchas ‘yanny’ o ‘laurel’, o si ves un vestido azul o blanco. Ni siquiera una teoría sobre el universo y la rotación de la Tierra. Las vueltas que da una sola vuelta es una reflexión entre la previa del Espanyol-Athletic de la jornada 19 y el partido de hoy en San Mamés.

De la tensa conferencia de prensa de Quique y las sonrisas de Gallego, ayer, hasta desvelar con humildad que él no descubrió la penicilina. Aquel choque entre pericos y leones llegó precedido por una semana que comenzaba con la destitución de Ramon Robert y que siguió con el intento de ‘espantá’ del entrenador madrileño al Stoke City, no resuelto hasta el día antes de que el balón rodase en Cornellà. Aquel “seguiré hasta final de temporada” de Quique poco hacía presagiar que, lejos de zanjar un culebrón, abría otro, y que no sería él quien saldría corriendo del Espanyol sino el club el que lo echaría.

Aquel 1-1 daría paso en tres días al ‘Melendazo’, demostrando que el fútbol no entiende de cuadrículas, y a la enésima intentona del Villarreal por un Gerard que en plena psicosis marcó otro incontable gol y lo celebró señalando su escudo, para tranquilidad de todos. Por aquel entonces, desdeñaba el club una oferta de dos dígitos largos por Aarón, ‘head hunters’ de Rastar entrevistaban a directores generales y Lardín empezaba a planificar la próxima temporada.

Pasó el club por el desespero, por despidos, remontó anímicamente y hoy le concitan a “salvarlo entre todos”. Un sinfín de acontecimientos (el penúltimo, no se lo pierdan, es que hasta ayer hubo opciones matemáticas de cumplir con el objetivo inicial del 'Top-10') que al menos demuestran algo: el Espanyol, aunque pudiera no parecerlo, está muy vivo.