Messi y Neymar, el fútbol y el mercado

No hay nada comparable a Neymar. Haga lo que haga, incluso cuando no hace nada más que descansar en su casa, el brasileño es el rey de los titulares. Se lesionó el pasado uno de marzo y desde entonces no es que haya jugado con su equipo, es que casi ni ha estado en París. Aún así, después de tres meses sin jugar, ha sido declarado mejor jugador de la Ligue 1 francesa.

Y eso no es todo, en ese periodo ha sido el centro de todas las conversaciones referentes al mercado. Sólo en las últimas 24 horas han opinado de su futuro su ya ex entrenador Unai Emery, su ex compañero Leo Messi y Ronaldo Nazário. Los tres han opinado, cada uno según su criterio, de lo que supondría su llegada al Madrid.

Antes de lesionarse, se comentó con todo el fundamento del mundo que Neymar había contactado con excompañeros, exdirectivos y exejecutivos del Barcelona sondeando la idea de volver a Barcelona, algo que, por tal y como se fue, parece imposible. Y llevaba apenas cuatro meses en el PSG. Lo que está claro es que Neymar no soporta jugar en Francia. Podría aguantar un año más porque al jeque debe ser difícil decirle que no, pero que su aventura en el PSG tiene data de caducidad más temprana que tardía lo saben en todo el mundo.

Y ahí es donde aparece el Madrid y los temores que expresaba Messi. El argentino dijo a TyC que “sería terrible verle en el Madrid”. A nivel futbolístico, totalmente de acuerdo, pero cuidado, que Neymar lleva un peaje muy caro en forma de desplantes, familia, amigos, campañas, comportamiento, cumpleaños, fiestas de guardar, viajes, publicidad y ego que es difícil de asumir. Ha sido difícil de digerir ese peaje para las aficiones del Barcelona y del PSG, que lo recibieron con los brazos abiertos y dispuestos a perdonarle cualquier trastada, aunque ésta comportara una denuncia al club y la dimisión de un presidente. Lo que no parece perdonable es la salida tan poco elegante.

En el Madrid, según dicen las encuestas, la afición no le mira con tan buenos ojos. Nadie le discute el talento, pero saben que el peaje es caro y que el mercado manda más que cualquier color. De hecho, mientras Messi y Cristiano son el fútbol, Neymar es el mercado. Incluso cuando no juega.