Los Leones: engordar para morir

El papel de World Rugby, dando esperanzas al decir que “el Bélgica-España debería repetirse por el bien del rugby”... pero sin ordenarlo de forma tajante tras ese comunicado emitido hace un mes, es digno de estudio. El máximo organismo mundial no tuvo el valor de dar el paso al frente cuando debía y se lavó las manos dejando el asunto a un panel independiente de jueces. La legislación está ahí, y si han echado a España es porque entendían que había más argumentos en dicho sentido que en el de favorecer a los Leones. Porque si lo de Rumanía estaba cantado, lo nuestro dejaba dudas, de ahí la espera y el asesoramiento externo. No justifica, de ninguna manera, una espera tan larga.

La sensación que se nos queda me recuerda a aquella película de Asterix en la que los corredores romanos toman la pócima con restos de una hierba que teñía la lengua azul. Rusia sería el pequeño galo, controlando la situación, sabedor de la irregularidad del tongano, y esperando el momento. Una vez no logrado el pase por la vía deportiva denunció a Rumanía y eso generó un efecto dominó. Los de los Cárpatos a España, Alemania a Bélgica... Los tramposos y los que incumplieron la normativa, juzguen cada uno a su antojo (pienso que en el caso de España no hubo mala fe) se quedan fuera. Y Rusia salta dos puestos de golpe e irá a Japón. Alemania, de ser colista a la repesca mundialista. Dos grandes conclusiones: que la chapuza de Rugby Europe no se volverá a repetir y que todos medirán al milímetro cada trámite a la hora de cazar fuera de sus fronteras. La consecuencia, que sea una lástima que grandes jugadores españoles como Nava, Moreno, Auzqui o Pinto, tras una década dejándose la piel por esa camiseta, se vayan a retirar sin disputar un Mundial. Engordar para morir.