Iniesta en El Álamo
Descafeinado. Dedicado a todos aquellos que pensaban que en Barça-Madrid es de trámite, permitan que les dedique la más grande de las pedorretas. El partidazo entre ambos equipos fue majestuoso porque ya quedó claro que para estos dos equipos no hay trámites. Todo es formidable entre ellos. Desde los piques entre los jugadores, las cuentas pendientes, los récords y la enorme competitividad que se vio en el campo. Los quince puntos que le saca el Barça al Madrid en la Liga deberían hacer reflexionar al Real Madrid. La pregunta que comparten ambas aficiones es la misma: de parte de los barcelonistas es la de ¿si hubieran jugado así ante la Roma, dónde estaríamos?. De parte de los blancos es: ¿si hubiéramos jugado así todo el año donde estaríamos?. La respuesta está clara: en la mejor Liga del mundo, en la mejor final de la Champions posible.
El karma. El Barcelona empezó jugando como los ángeles. Al estilo de hace quince días en la Copa ante el Sevilla, pero el Madrid no es el Sevilla. Los madridistas se tomaron el partido como el ensayo general de la final de Champions y el Barça se vio atropellado y en inferioridad. El mérito que tuvo el Barça aguantando con diez fue gigantesco. En esto influyó mucho la rabia de un equipo que supo sufrir. Exactamente igual que el Madrid en la Champions, el karma siempre te pasa factura. El Barça fue el Madrid por un día. Aquí todo el mundo tiene motivos para recriminar acciones al colegiado. El “y tú más” está garantizado a partir de hoy. El espectáculo fue mayúsculo, el Madrid fue enorme, el Barça fue El Álamo. El árbitro, Peter Seller en el Guateque. No se enteró de nada. Menos mal que no se jugaban el campeonato. Fue el mejor anuncio de LaLiga, el peor para el arbitraje español. Pero si se aplicara el VAR en este partido ya les aviso que estaríamos desayunando el lunes esperando que se decidieran las acciones polémicas.
Messi enfadado. La primera parte fue descaradamente de Cristiano, pero la prudencia ante una torcedura de tobillo le privó de jugar la segunda parte donde Messi sembró el terror. Parece que ambos se complementan de tal manera que ninguno quiere pisar el territorio del otro. Llevaba el argentino seis años sin marcar un gol al Madrid en el Camp Nou y marcó uno descomunal tras una falta de Suárez a Varane. Era falta, fue un golazo. Como se puede decir que el partido de Bale fue nefasto, pero marcó otro golazo. El fútbol es así de grandioso.
Iniesta. El esfuerzo del manchego jugando tocado el partido fue digno de elogio y faltó el homenaje general, pero en El Álamo no hay homenajes. El Madrid salió a competir como el campeón que es y el Barça lo mismo. Un partidazo que superó a todo el mundo y del que nos queda la imagen de un Andrés en el banquillo sufriendo como un aficionado más en medio de la intensidad de una batalla que sin duda es el mejor partido de fútbol que se puede ver en el mundo. menos mal que no se jugaban nada, porque el día que se jueguen un título se colapsarán los servicios de urgencias.
Doblete. El Barcelona sigue resistiendo en su empeño de lograr un doblete sin perder un partido en Liga, el Madrid sale del Camp Nou probando su medicina en Europa y jugando su mejor partido en mucho tiempo. Descafeinado, decían. Bueh.