A veces no se le valora lo suficiente
El Atlético hizo honor a su historia, a sus 115 años de vida y por lo que todos los que hemos vestido esa camiseta nos sentimos orgullosos. Fue una heroicidad. Quizá compararlo a lo que hicimos en Glasgow es excesivo porque a nosotros nos expulsaron a tres jugadores. Pero sí, el Atlético tuvo que hacer frente a la Línea Maginot… La expulsión de Vrsaljko trajo preocupación, pero recuerdo perfectamente cómo este tipo de cosas al Atlético le unen más que nunca. “¡Hay que aguantar!”, te dices, y no sientes el cansancio, se impone la lucha y la entrega. Te creces, como hicieron ellos. Y como hizo Oblak.
Es la diferencia de tener a uno de los mejores del mundo, impregna a los que tiene delante una sensación de confianza sin límites. Nada más llegar ya me fijé en él y le auguraba grandes tardes como colchonero. Se le veían detalles que después ha ido confirmando. A veces me da rabia porque no se le valora lo suficiente, a los porteros en general. Se le niega ese reconocimiento. Está claro que Griezmann marca goles, pero al final el esloveno salva los tres puntos. Oblak es el que más ha dado. Al Atlético le debería preocupar el poder perderle, no es fácil encontrar a uno igual. Ojalá sea también decisivo en la vuelta.