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Esto ha cambiado. Antes de empezar el partido, vimos una pancarta entre la hinchada del Bayern que ponía La Bestia Negra. Pretendían intimidarnos recordando aquellas noches aciagas de los años 70 y 80. Pero los bávaros olvidan que en aquellos tiempos no existía Internet, las tabletas eran de chocolate y Twitter era un apellido inglés y no una red social. La vida ha cambiado. Tanto que el Madrid ha tumbado al Bayern en sus tres últimas apariciones por el Allianz. 0-4 al Bayern de Guardiola (en la ruta de la Décima), 1-2 el año pasado al Bayern de Ancelotti (en la ruta de la Duodécima) y 1-2 este curso al Bayern de Heynckes (en la ruta de Kiev). Es normal que los hinchas del campeón alemán celebrasen alborozados, durante el Bayern-Sevilla de cuartos de final, los goles de la Juventus en el Bernabéu que les hacían concebir esperanzas de no verse con su temido Madrid en un posible cruce de semifinales. La tortilla se ha dado la vuelta por completo y ahora es española en todos sus ingredientes. Los huevos y las patatas los pone el Madrid, que ya no necesita jugar bien para derrotarles igualmente. Eso era impensable hace tres décadas. La Bestia Negra sólo aparece en el retrovisor de la máquina del tiempo. El 'today' nos habla de La Bestia Blanca. Disfrutémoslo. Carpe Diem...

Road to Kiev. Ojo que eso no significa que la faena esté completada. Ya el año pasado ellos forzaron la prórroga en el Bernabéu y es evidente que el próximo martes los germanos vendrán a la capital a quemar las naves. Hay que jugarles con la cabeza fría y el corazón caliente. El Bernabéu debe ser el jugador número 12 y arropará en Europa como en las grandes noches. Poder alcanzar la cuarta final de Champions en cinco años es un reto tan excitante que no debe escaparse de nuestras manos (o botas, mejor dicho). Kiev está muy lejos, a 3.680 kilómetros, pero cada vez parece más cerca. Y a mucha honra. Este Madrid ha ganado en esta Champions en París (al PSG), en Turín (a la Juve, con chilena de Cristiano incluida) y en Múnich. Tres de tres. Triunfos de oro a la altura de un dignísimo campeón de Europa. Y sumando...

Buenos presagios. Este gran miércoles europeo del Madrid arrancó en el Palacio de Goya con el regreso, tras 259 días, del gran Sergio Llull. Ocho meses después fue uno de los artífices del gran triunfo ante el Panathinaikos. Es es el espíritu ganador del Madrid. El de Llull, el del capitán Ramos (imperial ante el Bayern), el de Lucas, una máquina capaz de frenar a Ribéry como lateral derecho de guardia, de Asensio, el ‘Señor de los golazos’... Con el Madrid no puede nadie. Su leyenda se alimenta cada día que pasa con actuaciones que van más allá del juego. Si tienen una tarde inspirada, ganan. Si la tienen regular tirando a mala, ganan. Es el peso de nuestro escudo.