Se acabó la colonia
El bote está vacío, se ha evaporado la excelencia, la educación, la grandeza y los otros mil aromas afrodisíacos que se atribuían a Guardiola.

El bote está vacío, se ha evaporado la excelencia, la educación, la grandeza y los otros mil aromas afrodisíacos que se atribuían a Guardiola. Su gesto despectivo y altanero en el césped con Mateu Lahoz, al que ya había señalado en la previa quejándose de un arbitraje pasado, le coloca a la altura del resto de los entrenadores terrícolas: más tarde o más temprano justificas en los árbitros tu impotencia. Para colmo de mezquindad, ya en frío y ante la prensa, no tuvo mejor idea que referirse a un arbitraje recibido por el Bayern ante el Real Madrid en el Bernabéu para demostrar lo ingrato que es este terrible deporte llamado fútbol. El alejamiento de Pep y la Champions se está alargando y parece que es difícil asumirlo. Los tres años en el Bayern siendo eliminado por equipos españoles y estos dos últimos en el City, cayendo ante rivales en teoría inferiores, dejan una frustración tremenda en su entorno. Ni gastándote una millonada tras otra tienes garantizado ganar la orejona.



