Virtudes de lo mediocre
Hay una dimensión engañosa en el fútbol: que solo lo grandioso vale la pena. Y no es así: lo mediocre bien administrado puede dar también buenos resultados. Sin grandes jugadas, sin extraordinarios pases, sin florituras; es más, cometiendo numerosos errores, algunos donde más duele, la portería, el Barça superó al Roma. No fue enemigo fácil, y este es otro tópico derribado: los equipos que se tienen como fáciles se despiertan ante adversarios de catadura mayor. Y como Messi no empezó a jugar sino avanzado el partido e Iniesta no bastaba para hacer la ingeniería propia del Barça, a punto estuvo de asustarlo el equipo italiano.
Pero luego se convirtieron en goles sucesivos dos errores romanos, y Piqué y Luis Suárez aprovecharon otras ingenuidades del equipo visitante. El gol del Roma fue un premio a su constancia, y un castigo a otro despiste sucesivo de la no tan tupida defensa azulgrana. Una victoria amplia pero mediocre.