El fútbol es fantasía
Ese gol de Cristiano es un acontecimiento y una fantasía. Lo preparó como si fuera una idea, más que un gesto, y lo desarrolló con la voluntad con la que el niño guarda lo mejor de sus juguetes para la última hora del día. Fue un momento preciso, un disparo de nieve, y la sorpresa fue tal que los italianos se trasladaron también del fútbol a la fantasía y prorrumpieron en aplausos. Es tan poco común esa sucesión de gestos (un gran gol, aplausos de los contrarios) que ya es esta otra de las cosas que logró el malabarismo de Cristiano.
Valdano dijo en BeIn que aquel gol de Zidane en Glasgow fue la contribución de una bailarina a la estética del fútbol impecable. Pirlo había dicho en As antes del partido que lo que le llama la atención del portugués es su voluntad de perfección. Esa fantasía que logró es lo que se consigue cuando ya has marcado tantos goles que quieres divertirte, y eliges bailar en el aire. Por eso lo aplaudieron, por la fantasía, que en Italia es una de las mejores partes de la vida: pan, amor y fantasía.