Cuando al inicio de la temporada no pasaba por sus mejores momentos, algunos creyeron que Cristiano había llegado al otoño de su carrera. Él demostró que en realidad está en el inicio de una segunda juventud. Es el resultado de su esfuerzo personal e inagotable deseo de superación, ayudados por el programa de preparación diseñado por el equipo técnico del Madrid que tiene su parte de responsabilidad sobre la magnífica forma en la que llega a este final de temporada.

Cristiano está en las condiciones ideales para afrontar los retos que le esperan. Cuando parecía imposible, se ha metido de lleno en la carrera por el Pichichi, ya lo es de la Champions, y así quiere seguir con el único propósito de llevar a su equipo a la conquista del título europeo. Luego viene el Mundial, su gran asignatura pendiente, que intentará aprobar con el equipo nacional del que es el más internacional de todos los internacionales de la historia, y el más goleador de todos los goleadores. Portugal no es uno de los favoritos, tampoco lo era en la Euro. Si todo va bien podrá aspirar a un Balón de Oro más, aunque lo más importante para él, para su club, para la selección y para los amantes del buen fútbol es que a Cristiano le sobra cuerda para rato.