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La amonestación en un ataque prometedor

Una vez más tenemos en las reglas de juego conceptos que van cambiando por gustos personales. Esta vez nos toca el ataque prometedor. No estamos hablando de un cambio de regla pero sí de situaciones en las cuales debemos amonestar cuando se produzca tal ataque prometedor. Veamos la teoría que se les da a los colegiados en cuanto a discernir cuándo se amonesta por ataque prometedor.

Si la acción es temeraria de por sí, será siempre amonestación sin importar el lugar del campo donde se produzca. Y ahora las condiciones que se tienen que dar para amonestar por un ataque prometedor:

1. La distancia entre la falta o infracción con la portería contraria.

2. Posesión o control de balón (entendiendo por posesión cuando el jugador tiene el balón en sus pies para jugarlo y por control, cuando lo tiene en sus pies o en un espacio donde el solo puede jugarlo).

3. Espacio para avanzar, jugar y pasar el balón.

4. Número de compañeros que le acompañan y contrarios que defienden.

5. Dirección de la jugada hacia la portería contraria; verticalidad (se descartan regates o pases horizontales).

6. Acciones dentro del área de penalti que se consideraban manifiesta ocasión de gol y que en la actualidad se sancionan con tarjeta amarilla.

En definitiva, el árbitro deberá evaluar, basado en el espíritu del juego, cuándo a un atacante se le impide por medio de falta o infracción la posibilidad de finalizar una jugada de ataque que tenía muchas posibilidades de acabar de forma peligrosa para el rival, mediante un disparo a puerta o la finalización de la jugada de ataque. Resumiéndolo: podemos decir que son las posibilidades de organizar un ataque con ventaja sobre el adversario en el que puedas ocasionar peligro de gol. Hasta aquí la teoría. En cuanto a la interpretación, ya no os puedo echar una mano, debido a que cada uno, dependiendo de sus filias y fobias, tendrá la suya. Eso sí. Quiero hacer constar desde estas líneas la dificultad de tener en cuenta todos estos conceptos para un colegiado dentro del terreno de juego debido a que nosotros tenemos la gran ventaja de ver estas situaciones desde la televisión, la cual nos ofrece una imagen casi cenital, por lo que nuestra perspectiva es inmejorable. En cambio mis pobres hermanos colegiados tienen su visión reducida enormemente a ras del césped. Por lo que como veis, metemos conceptos nuevos para seguir complicando su labor.