Se consiguió por primera vez en 2010 y la gesta se repitió en 2013 y 2014. Tres títulos mundiales, tres campeones españoles. La materialización de la hegemonía de un país llevada a sus últimas consecuencias, la demostración palpable e indiscutible de que España es una gran potencia de este deporte. Y podemos hablar en presente porque el privilegio se mantiene también hoy, cuando comienza en Qatar una temporada 2018 en la estamos completamente legitimados a soñar con otro triplete. No es una especulación, tampoco una quimera, sólo una realidad que el tiempo y una dosis de fortuna (siempre necesaria en la competición) confirmarán si se concreta. Lo importante es que, en este arranque, los aspirantes españoles al codiciado número uno están ahí y más de uno en algunas categorías.

Los nombres de los candidatos aparecen en el pronóstico de todos, son los que gozan del cartel de favoritos. Martín y Canet en Moto3, Álex Márquez en Moto2 y su hermano Marc, Pedrosa, Viñales e incluso Lorenzo en MotoGP. Hay otros que aspiran a ganar carreras e incluso a dar la campanada, pero diría que las opciones de ese pleno de títulos nacionales pasan básicamente por estos nombres, insisto, salvo sorpresa mayúscula. En la otra esquina del ring, unos rivales muy cualificados dispuestos a demostrar que esto de las motos no es sólo cosa de españoles. Y seguro que darán guerra, quizá arruinen nuestras ambiciones, pero lo que debe congratularnos de antemano es que nuestro motociclismo siga gozando de tan buena salud. Y no es fruto de la casualidad, sino de mucho trabajo a lo largo del tiempo.