Luka Modric, esplendor en la hierba

Luka va camino de los 33 años, pero su fútbol es joven como un recién nacido. En Ipurua dio un magisterio de cómo tratar la pelota sin esquivar el compromiso. Recuperó más balones que ningún otro compañero de su equipo (15), a pesar del avispero que Mendilibar había introducido en la medular con una presión que convertía en heroica cualquier jugada trazada con buen gusto. Modric ha regresado de su lesión fresco, dinámico y ágil. De mente y de cuerpo. Ante los armeros el pequeño genio croata construyó puentes de ilusión para este reactivado tercer proyecto de Zidane, que ha cambiado los sótanos por los áticos.

Modric llega a tiempo para las etapas alpinas que tomarán cuerpo a partir de este viernes, cuando se conozca la identidad del rival que nos espera en los cuartos de la Champions (3/4 y 10/11 de abril). Modric tiene un ojo puesto en el Mundial de Rusia (el último en su carrera), pero primero quiere conquistar la que sería su cuarta Champions. Con él arrancó este nuevo idilio del Madrid con Europa. Imposible olvidar aquel córner mágico en Lisboa enviado con precisión a la cabeza de Sergio Ramos...