Casillas, un portero llamado milagro
Todavía recuerdo aquél día en el que a Iker le sacaron del cole para acompañar al Madrid a Trondheim (Noruega) para su primera excursión de Champions. No jugó, pero por primera vez escuchó esa música celestial con la que luego escribiría buena parte de su maravillosa historia. Sólo tenía 16 añitos... Casillas fue después, en septiembre de 1999, el portero más joven en debutar en la máxima competición continental. Lo hizo en Atenas ante el Olympiacos con 18 años. Ocho meses después fue titular en la final de la Octava en París ante el Valencia y acabó imbatido (3-0). Nacía una leyenda con guantes...
Lo bueno de Iker es que jamás se descompuso por la presión. Nada le alteraba. Le veías volar igual en Old Trafford que en San Siro. Y en el Bernabéu se sobrepuso a cuatro goles del Bayern, todavía con el 27 a la espalda, para ser capaz años después de parar dos penaltis a los germanos en la famosa tanda que le deslucieron Kaká, Cristiano y Ramos con sus errores. Pero de Iker nos quedamos con sus paradas milagrosas en la final de Glasgow en los 22 minutos de que dispuso. Un asa de la Novena es suya. Y sus paradones que nos llevaron a la final de la Décima. Uno a Huntelaar ante el Schalke, otro a Mkhitaryan en Dortmund y otro a Götze en las semifinales con el Bayern. Muchos prefieren recordar su fallo en Lisboa. Yo opto por ser justo con el portero que me ha hecho más feliz en mi blanca existencia. Con Iker ganamos tres Champions. Y un Mundial. Y dos Eurocopas. Y cinco Ligas. Y dos Copas. Y hoy juega su partido 171 en Champions. Iker, orgullosos de ti.