LA PIZARRA TÁCTICA
El Madrid se rompe en Cornellá
Cuestión de méritos. Sólo pasó lo que tenía que pasar. La voluntad de victoria y los movimientos tácticos de Quique premiaron al Espanyol ante un Madrid de cartel bajo dimitido en LaLiga. No hubo nunca urgencia de triunfo, menos al final, en el conjunto madridista ni remedios tácticos útiles que le socorrieran.
Sin elaboración. El inicio entonado del Madrid no se correspondió con su contención del resto del partido. Zidane instaló un 4-2-3-1 con Llorente y Kovacic en el doble pivote. Ninguno fijó la pauta en el medio. La disposición perjudicó la salida madridista. El fútbol convencional del Madrid convirtió a Varane y Ramos en falsos constructores (67 y 89 pases, respectivamente).
Organización superior. El Espanyol siempre se sintió cómodo sobre ese 4-4-2 en bloque medio. No le molestó que el Madrid acaparara la posesión (casi el 62%) y maduró el encuentro hasta encontrar su momento en el tramo final. Zidane y Ramos colaboraron en la situación del gol de Gerard Moreno.
Tres arriba. Acabó el Madrid con Llorente de central, Ceballos como único centrocampista y Ramos de delantero, acompañando a Benzema y Mayoral. Una imprudencia que no concordó con el escaso apetito que demostró durante toda la noche. El Madrid no entiende LaLiga.
En la misma altura
Misma línea de Ramos y Varane y de Kovacic y Marcos Llorente. No había espacios para localizar el pase. Al Madrid le atacó este problema todo el duelo.
Isco se abre
El malagueño, que apenas tuvo incidencia, se dejó ver en ciertas ocasiones en el lateral para construir, pero la escena se produjo menos de lo que le hubiera interesado al Madrid.