De Edelmira Calvetó a Valverde, heroico camino del fútbol femenino

Escena. Barcelona, 1910. Campo de la calle Indústria. Casi todos los espectadores son señores con sombrero, bigote y gabán. ¿Todos? No. Como si fuera la aldea gala que resiste ahora y siempre al invasor en las gradas hay una mujer joven. Se llama Edelmira Calvetó y aunque ella no lo sabe, está a punto de hacer historia. No es la única mujer que asiste al partido. En esa época era normal que las ‘señoras’ de los burgueses de la parte alta acompañasen a sus maridos a una matinal de fútbol. Lucían sus mejores galas, les regalaban ramos de flores en la puerta y se pasaban el partido comentado ecos de sociedad. Edelmira no era de esas. Ella se ponía de los nervios con las acciones de Amecharruza, un defensa que por lo que cuentan las crónicas de la época, en vez de patear el balón a la grada lo sacaba jugando. Ay Edelmira, ¡si ahora vieras a Ter Stegen te atacaban los siete dolores!

Primer paso. Edelmira amaba el fútbol en una sociedad que despreciaba a las mujeres (más que ahora, incluso) pero ella estaba harta de ir a ver los partidos como consorte de socio. Por lo tanto, pidió formalmente el año 1912 ser admitida como socia del Barcelona. Se lo negaron. Los estatutos del club especificaban por aquel entonces que “podían ser socios del club las personas mayores de 14 años”. Añadieron una enmienda a posteriori especificando que “personas” quería decir “varones”. Hasta que en 1928 llegó Joan Gamper, un adelantado a su época en todos los sentidos, cambió los Estatutos del club. Y Edelmira Calvetó pasó a ser la primera mujer socia del Barcelona.

Años oscuros. Calvetó fue socia del Barça 18 años antes de que a las mujeres se les concediera derecho a voto en España con la Segunda República. Siguiendo su estela, las mujeres catalanas pudieron empezar a practicar deporte en el Barça. Hasta que Franco ganó la Guerra Civil. En 1939 el Barça tenía un 4% de socias y ninguna deportista en nómina. A día de hoy, son socias del Barça 37.826 mujeres, el 26 por ciento de la masa social, y compite profesionalmente al máximo nivel femenino.

El bucle. Desde los tiempos en que Calvetó se indignaba con aquel defensa diletante hasta hoy, cuando el Barça es una multinacional tremenda, ha pasado tiempo. Queda mucho por hacer, pero que nadie olvide, que el primer equipo que entrenó Valverde fue el Athletic Club femenino. Algo se mueve