En París hay un plan, no sólo dinero
Asistimos al pulso entre los poderes establecidos del fútbol europeo y un pujante titán que asoma en el horizonte, que decora ya con pósters habitaciones de niños por todo el mundo: el PSG. Duelo con carga de profundidad en el fútbol y el entertainment. En París no sólo hay dinero, hay un gran plan. Al Khelaifi anunció la seriedad de su obra cuando, tras caer ante Aytekin y el Barça, actuó como un dirigente con poso. Apoyado por el Emir de Catar, sin más atadura que su convencimiento e información, mantuvo a Emery. Y fichó a un gran Director Deportivo, Antero, y los tres sedujeron a Neymar y Mbappé, ganando dos batallas de gestión inauditas. Y el duelo, entre lo que viene y lo que aún es, desciende, al fin, al césped. Imagino al campeón —siempre favorito— resoplando en el túnel, preguntándose si podrá aguantar ante el aspirante eléctrico, cargado de sueños y buenas decisiones.
Sé que cada día cruzan los Pirineos noticias diferentes. Ese goteo ha llegado desde algunos medios franceses, a lo que hay que sumar la tiranía del click. Frecuento el estadio del PSG y, siento el bajón para algunos, el Parque de los Príncipes vibra. Neymar, sí, disfruta, la grada le adora y el equipo aplasta coralmente. Y en la banda, el alquimista Emery. Un señor entrenador, el pilar silencioso del equipo más pujante del mundo.