Himno a la alegría
Ernesto Valverde se merece el festival. Es como si los jugadores se hubieran conjurado para hacer feliz al entrenador paciente. Como si se hubieran inspirado en varias etapas del equipo, desde don Luis Suárez a Kubala hasta este momento que inspiraron Cruyff y Rijkaard para provocar la precisión estética del Barça de Pep Guardiola. Son nombres a los que ahora se emparenta el Txingurri, acosado al principio de su liderazgo por una ausencia que ahora parece una sombra, la de Neymar.
El trago amargo que supuso la espantada del brasileño se ha digerido, y de momento el equipo está a la espera de momentos grandiosos y más difíciles. En el partido ante el Celta hubo tal perfección, tal músculo, que se convierten en tópicos sin porvenir las dudas de quienes ven aún en el equipo azulgrana sombras en retaguardia o en las zonas medias. El público sintió esa punzada que a veces se siente ante los equipos. Fue una alegría el partido. El Barça cantó un himno jugando. Y Coutinho disfrutó en el palco.
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