Hazard y el impulso del Madrid

Uno de las mayores virtudes de Alex Ferguson era desprenderse de jugadores cuando su curva de rendimiento se empezaba a inclinar hacia abajo. Así, entendió que lo mejor era vender a Roy Keane, Jaap Stam y hasta Ruud Van Nistelrooy cuando la afición, los medios de comunicación y hasta sus compañeros los sentía indispensables. Esa debe ser la labor más difícil en el mundo del fútbol. Y de los negocios, de la vida. Todos nos dormimos, pero solo somos capaces de aceptarlo mucho después. “Si se hace lo de siempre, ¿cómo no voy a servir?”, pensamos. Igual la pregunta es, “al hacerse lo de siempre, ¿no estamos dando un paso atrás?”.

El Real Madrid de las grandes victorias, el de hace dos telediarios vamos, necesita un impulso. De impulsos ha hecho grandes escaladas. No hace falta cambiar mucho. Solo una o dos de las cosas que parecen incuestionables. Por eso ya han empezado las conversaciones con Eden Hazard. Porque hace falta alguien que llegue y diga, aquí estoy yo, qué hace falta. El belga no tiene miedo: hace años que se prepara para eso.