Ha hecho cuarto
El verbo “hacer” se considera vulgar en estilística, porque sirve para casi todo y por tanto es poco preciso. Así se demuestra en frases como “Argimiro se puso a aplaudir al árbitro y su amigo también lo hizo” o “iré al estadio cada fin de semana, lo mismo que hacía mi padre”. El verbo “hacer” cumple por tanto una función parecida a la de los pronombres, que sustituyen a los nombres. En este caso ejerce como una especie de “proverbo”, porque puede sustituir a otro verbo.
Se oyen y escriben a menudo expresiones como “hizo un error” (lo cometió), “hará vacaciones” (las tomará, se irá de vacaciones), “hizo un infarto” (lo sufrió), “hizo cuarenta años” (los cumplió), o “le hacía más joven” (le suponía), por no hablar de los usos habituales entre periodistas catalanohablantes descuidados en castellano como “hoy hacen una buena película en televisión” (ponen, programan, dan, ofrecen, proyectan), “hicieron un paseo” (dieron un paseo), “hicieron sensación” (causan sensación), “hacen la impresión” (dan la impresión) o “hacen cara de pocos amigos” (ponen exactamente ese gesto), entre otros muchos ejemplos.
Tanto abundaba hace años en los diarios el verbo “hacer”, que muchos redactores lo sustituyeron por “realizar” para que sus editores no les riñeran, con lo cual abundó enseguida el verbo “realizar”. En vez de “hacer la comida”, por ejemplo, escribían “realizar la comida”, sin caer en opciones como “preparar la comida” o simplemente “cocinar”.
Y ahora se le ha sumado a este verbo tan polisémico una nueva función. Se suele decir en las informaciones sobre carreras (de coches, de motos, de piernas): “Alonso ha hecho décimo”, “Lorenzo hizo tercero”, “el keniano hizo segundo en la San Silvestre Vallecana”.
El Diccionario recoge entre las 58 acepciones de “hacer” el significado de “ocupar en una serie cierto número de orden: este enfermo hace el número cinco”. Pero “hizo el número cinco” no es lo mismo que “hizo quinto”.
Antes de que se inventara este modismo, los narradores contaban que tal corredor “ha quedado el segundo” o que el otro “ocupó la tercera plaza”, y que el de más allá “entró el cuarto”, mientras que el de todavía más lejos “llegó a la meta en la quinta posición”.
Hoy se diría que aquél “hizo segundo”, que el otro “hizo tercero”, que el siguiente “hizo cuarto” y que quien llegó luego “hizo quinto”. Y si alcanzó el podio, dirán que “hizo cajón”, con lo que podría pensarse que el deportista tiene un segundo oficio como carpintero.