Sergi Roberto debe aplazar su luna de miel
Bartomeu debe tomarse la renovación de Sergi Roberto como la de un verdadero crack. No sólo tiene que asegurarse su continuidad (contrato hasta 2019), sino que debe atarla de inmediato. Esperar más de la cuenta y dar esperanzas a sus múltiples novias podría enredar las cosas. Con sólo 25 años ya ha demostrado que el presente y parte del futuro del Barça pasa por sus pies, con Iniesta cargado de años (33) y con Busquets, Rakitic y Paulinho (todos 29) a punto de entrar ya en la treintena. Buen lateral, gran mediocentro y excepcional interior. El primero que me habló de él fue Ginés Meléndez, padre deportivo de todos los internacionales de la Selección, y pese a que en un principio creía que exageraba con sus presagios, ahora veo que se ha quedado corto.
A priori no se esperan sorpresas desagradables en esta negociación, pese a que toda lucha de intereses siempre hace saltar chispas. La versión optimista hace pensar que el club es consciente de que Sergi Roberto es un futuro capitán. La pesimista recuerda que en el Camp Nou cualquier cosa es posible sin necesidad de recordar la espantada de Neymar. Con los canteranos sobran los ejemplos: los culés sufren viendo a Bartra o a Thiago hacer carrera en Alemania. Aquí la cosa se pondría fea si llega el verano sin acuerdo. Conociendo a Lopetegui y viendo cómo está Sergi Roberto no veo otro escenario en junio que verlos de la mano por Rusia. Uno aireando el enésimo acierto y el otro encareciendo su precio.
Es cierto que Sergi Roberto no acude a una convocatoria de la Roja desde noviembre de 2016 y que le está costando horrores estabilizarse, por las lesiones, dentro de este nuevo grupo que ha recuperado el brillo. Pero Lopetegui sabe que en un torneo de estas características la polivalencia es determinante. Y no hay un jugador tan camaleónico como él. Si tuviera que apostar dinero por adivinar una de las sorpresas de la lista final de 23, invertiría mis eurillos por él. Puede que yo esté incluso más convencido que el futbolista. De momento, ya tiene su boda apalabrada para el final de la temporada. No sé si porque se huele una decepción o porque ve que hay tiempo para todo. Yo lo tengo claro. Un padrenuestro y un banquete no son problemas para verle en el debut ante Portugal. Ahora, lo que debería ir aplazando es su luna de miel al 16 de julio, un día después de la final del Mundial.
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