¡Un serio aviso a navegantes!

Lo que parecía una corrida afeitada se convirtió de pronto en peligrosa y a punto estuvo de terminar en la enfermería para el Madrid. En el fútbol de hoy, cuando te crees muy superior y pierdes el sitio, cualquiera te pega una cornada. Porque el Madrid es infinitamente mejor que el Al Jazira y así lo demostró la salida en tromba que reventó de ocasiones la portería árabe, pero no hay que ir de sobrado. Aquello parecía una caseta de tiro, con el muñeco del pim, pam, pum, parando todo. El Madrid se creyó en un parque de atracciones y se descuidó atrás. Ya había avisado en una ocasión el equipo de Ten Cate de que salía bien a la contra, pero incluso cuando los blancos se vieron con el gol en contra no lo tomaron en serio. Debieron pensar que era un accidente y que tarde o temprano caería el muñeco en el tiro al blanco, pero desde fuera se percibía que Bousoufa y Romarinho podían pillar más veces a la desorientada retaguardia española. ¿Era necesario el zafarrancho tan pronto? ¿No hubo nadie que advirtiera del peligro de irse todos arriba?

La imagen de los dos jugadores árabes corriendo libres hacia Keylor Navas sin la oposición de ningún defensor del Madrid dice muy poco del mínimo orden que debe tener un equipo de elite. El milagro del VAR y el susto enfriaron la sangre. Cuando se afronta un partido ante un rival inferior, es un error autoimponerte la goleada como único resultado honroso. El fútbol se gana con goles, pero también con control y seguridad. Una lección para la final de este sábado ante el Gremio.