Empezando por lo evidente y para que no haya lugar a dudas: Dani Pedrosa es un grandísimo piloto. Dicho esto, creo que su etapa en el equipo oficial Honda de MotoGP tiene los días contados, de hecho su última renovación se consumó como pudo haber ocurrido justo lo contrario. Son ya demasiados años sin alcanzar el único objetivo válido para un deportista de su talento, proclamarse campeón del mundo de la categoría reina. Creo que necesita el revulsivo de un cambio de aires, él mucho más que la escudería porque a HRC ya le va bien con Marc Márquez en el papel de líder y Pedrosa asumiendo el de escudero. Pero esta situación, cómoda pero seguramente mejorable, diría que tiene fecha de caducidad con un desenlace que puede precipitar la entrada en escena de otro protagonista de excepción: Joan Mir.

El mallorquín pudo haber dado ya este mismo año el salto a MotoGP, avalado por su flamante título de Moto3. Diría que con acierto prefirió un periodo de transición por Moto2 aunque, es obvio, su sueño apunta a codearse con los mejores del mundo en la clase grande. Me cuentan, esas cosas que son algo más que un rumor, que Mir gusta mucho en Honda y sobre todo en Repsol, sin olvidar que ya comparte con Márquez el patrocinio de otra pieza clave en el rompecabezas, Estrella Galicia. La marca de cervezas ha reunido a los dos chavales de la sonrisa deslumbrante y, viéndoles tan juntos, la idea que de compartan box no puede resultar más atractiva. Que Pedrosa decida marcharse de HRC es hoy menos problema para todos que hace unos meses. Es más, diría que ya ninguno. En la ecuación entra otro Márquez, Álex, aunque antes de que su influencia en la resolución sea determinante habrá que esperar un poquito más.