Seb Coe: leyenda y visionario
Sebastian Coe fue un deportista de esos que convierten su talento en arte, justo ahí donde aparece la genialidad, y eso hizo que sus victorias transcendiesen mas allá de la pista para alcanzar la categoría de leyenda. Su carácter inspirador, su incontestable clase corriendo que le permitía desplazarse por el tartán con una facilidad insultante, a la vez que su seductora personalidad y determinación por alcanzar más victorias y más records fascinaban a cualquier aficionado de este maravilloso deporte.
Seb, como le gusta que le llamen, se crió en Sheffield, se unió a su club de atletismo local a los 12 y se convirtió en Campeón de Escuelas Inglesas en 1972. En 1979, batió 12 récords mundiales, ganó dos medallas de oro y dos de plata en los Juegos Olímpicos de 1980 y 1984. En 1992 se convirtió en diputado conservador y en 2006 fue nombrado Lord. Fue presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres y desde agosto de 2015 es Presidente de la IAAF.
Su libro autobiográfico se titula ¨Running my LIfe”, proclama que su mejor logro en la vida son sus cuatro hijos, y cuando mas feliz se siente es estando con ellos, aunque su mayor temor es no poder dedicarles suficiente tiempo. Se confiesa impaciente, desteta el pesimismo y el talento desperdiciado. Es un gran aficionado del Chelsea, y su tesoro más preciado es su colección de música jazz. Le gustaría haber compartido mesa, mantel y conversación con El Barón Pierre de Coubertin, Jack Lemmon, Nelson Mandela, Jesse Owens o Catherine Deneuve entre otros. Si pudiera cambiar algo de su pasado cambiaría la forma de correr de aquella mítica final de 800 m en los Juegos de Moscú donde fue derrotado por su gran rival Steve Ovett.
Según él, la mejor lección que le ha enseñado la vida es mantener un sentido de la proporción. Seb cuenta con una personalidad seductora, es un gran orador, domina el escenario, es extrovertido, simpático, viajero incansable, persuasivo, accesible y con una ambición incontenida que le impulsa a plantearse nuevos retos de forma constante.
“Una persona inteligente siempre supera una derrota, un idiota jamás supera una victoria”
A tenor de esto Seb es una persona muy inteligente, fue capaz de superar dos dolorosísimas derrotas en los Juegos Olímpicos de Moscú 80 y Los Ángeles 84 en su distancia preferida los 800 m donde era el gran favorito para días después, en ambos Juegos, proclamarse campeón olímpico de 1.500 m por delante de sus compatriotas y grandes rivales “Los Steves” Ovett y Cram respectivamente. Hasta hoy es el único atleta que ha ganado dos veces los 1.500 m en los Juegos Olímpicos.
Todos los mitos del deporte tienen un rasgo común, mas allá de su talento, y es saber asumir riesgos. Aprenden a sentirse cómodos tomando riesgos calculados para impulsar un cambio positivo en sus resultados. El fracaso no les paraliza; no disminuye su determinación por alcanzar su objetivos y lo aceptan como parte del juego del deporte y de la vida.
Ese afán de superación de situaciones difíciles también ha sabido aplicarlo a su vida profesional. En 2004 se hizo cargo de una Candidatura Olímpica de Londres 2012 que por aquel entonces andaba a la deriva. Con su capacidad de liderazgo enderezo su rumbo hasta el punto de embelesar a los miembros del Comité Olímpico Internacional con un maravilloso discurso en Singapur, en Julio de 2005, que culmino con la consecución de los Juegos para su País. Esa misma maestría con la que dirigió la exitosa organización de los Juegos de Londres 2012, cuyo principal legado era inspirar a una nueva generación de jóvenes a practicar deporte.
Pero probablemente su mayor reto personal y profesional llegó en agosto de 2015 cuando en Pekín fue elegido Presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) imponiéndose en la votación a otro mito de los estadios, el ucraniano Sergey Bubka.
Dice que el “atletismo necesita ser más innovador, mas valiente y creativo”, aunque su principal empeño en estos primeros años de mandato ha sido restaurar la maltrecha imagen y credibilidad de un deporte herido de muerte por escándalos de dopaje y corrupción. Como el mismo afirma ¨no podemos cambiar el pasado, pero tenemos la obligación de trabajar por un futuro mejor para nuestro deporte”.
Tengo el privilegio de conocer a Seb desde hace años, mantengo una buena relación con él y creo firmemente que es la persona idónea para afrontar esta nueva etapa del atletismo mundial llena de retos, pero también oportunidades. Me siento muy alineado con su visión al frente de la IAAF, pero una cosa es tener visión y otra ser un visionario, estos últimos tienen la capacidad de transformar el mundo.Creo que Seb es un visionario del deporte, al igual que lo fueron Juan Antonio Samaranch o Primo Nebiolo entre otros. Los visionarios tienen la capacidad de convertir su visión en realidad.
Seb, como buen visionario, no hace cosas solo por hacerlas; en vez de ello, él toma decisiones muy calculadas y analizadas convencido que serán exitosas.Como Presidente de la IAAF no se siente una víctima de las circunstancias, sino un creador de circunstancias, siempre intenta poner en marcha iniciativas convencido que transformaran y mejoraran el atletismo. Pero son decisiones y propuestas no exentas de riesgo, para asumirlas se necesita valentía, creatividad y y como todo en la vida algo de suerte.