Entre números y sensaciones
Importa el presente, y no tanto el futuro, porque en ocasiones este último depende de lo que ocurra en el partido próximo. Y más en momentos limítrofes como el que vive ahora mismo el Espanyol. Ganar al Getafe y pasar en Copa es insuflar optimismo al proyecto. Tropezar es estancarse y llenar de nubarrones la temporada. Los equipos empiezan el curso con un crédito limitado, y sus resultados van ampliando o reduciendo el margen. Como bien dijo Quique, de sensaciones no se vive, sino de puntos, y va llegando la hora de preocuparse más del cuánto que del por qué, aunque, de nuevo, el cuánto tiene que ver con el por qué. Las estadísticas se analizan desde el contexto, pero la clasificación es pura aritmética. No hay una casilla de sensaciones, sino de puntos, goles, partidos ganados o perdidos.
No obstante, e independientemente del presente, hablemos también de futuro. La pregunta del compañero de TV3 Oriol Vidal fue clara. “¿Se ve usted aquí el próximo año?”. Y la respuesta de Quique no lo fue: “No voy a entrar en ese juego”. El técnico tiene contrato, por lo que tanto la aritmética como el contexto le invitaban a decir: “Sí, tengo contrato”. Pero el técnico hizo un alegato de su legado, resaltando la organización y el rigor táctico de este Espanyol, a modo de resumen. Una certeza, sí, pero una incertidumbre sobre lo que vendrá en ese futuro desconocido. Y, como decíamos al comienzo, el futuro más que nunca dependerá del presente y de la artimética en forma de inversión. Volvemos a los números, aunque esta opinión se basa más en las sensaciones. Y al final, ¿qué es lo importante?