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LaLiga ya tiene VAR, pero ¿eso es bueno o malo?

Tenemos VAR, ahora sólo queda saber si eso es bueno o no. La noticia nos llega por boca de Victoriano Sánchez Arminio, un árbitro del pasado al que ahora compete ese arbitraje del futuro que pasa inevitablemente por una pantalla de televisión. No sé si el adjetivo aséptico casa bien con el arbitraje, si responde a eso que perseguimos desde que el fútbol es fútbol: que el árbitro sea justo y no condicione el resultado del partido. Veo que dice en su segunda acepción de la RAE: "Neutral, frío, sin pasión". Sí, quizá eso sea bueno, lo apropiado... pero quizá es lo que menos tiene que ver con el ADN del fútbol. ¿Neutral? ¿frío? ¿sin pasión?

Con la incorporación del VAR (video assistant referee) en la temporada 2018-19, LaLiga Santander se pone a la altura de la Bundesliga, la Serie A o la Liga portuguesa. Por lo pronto, ya tenemos a la vuelta de la esquina, en la eliminatoria copera entre el Atlético y el  Elche del próximo 29 de noviembre, un primer simulacro. El Wanda Metropolitano —qué mejor escenario que ese por su aroma tecnológico— servirá de banco de pruebas de un avance que hasta ahora ha sido protagonista más por sus resbalones que por sus aciertos.

En Alemania, por ejemplo, el invento ya muestra parches sólo dos meses después de que arrancara la temporada. Tras once jornadas de liga, la Federación Alemana de Fútbol (DFB) destituyó al máximo responsable del VAR, Hellmut Krug. Un par días después, anunció que a partir de ahora habrá dos jueces de vídeo en cada partido y no uno como hasta la fecha. Río revuelto después de que Krug hubiera sido criticado varias decisiones pero especialmente por una: haber favorecido al equipo de su alma, el Schalke 04.

Y es que ésa es la verdadera madre del cordero. Me explico. Uno cuenta con que un árbitro pueda equivocarse, aquello de que uno es humano, pero no que lo haga un equipo de colegiados que diseccionan al milímetro cada jugada de un partido. Si necesitamos un VAR para el VAR, aviados estamos.