Chiellini tiene razón en su dardo a Guardiola

A Chiellini le doy todo el crédito que se ha ganado, el de un central/central, un defensa con todas las de la ley y que se conoce ese oficio dormido. Dice el italiano: "El 'guardiolismo' arruinó una generación de defensas". Y me da que tiene razón. Lo dice en las horas previas de esa repesca no deseada por la afición azzurra y que esconde tanto peligro que en el país transalpino contienen a estas horas la respiración. Suecia asoma… ¿Se imagina alguien un Mundial sin Italia?

"Nunca tendremos el tiqui-taca español, buscándolo perdemos nuestra historia", agrega Chiellini en lo que no es otra cosa que la reivindicación de sus orígenes. El fútbol italiano es lo que es y ha llegado a donde ha llegado gracias al orden, al catenaccio ya sea puro o light, a no regalar nada. Y últimamente, la portería no queda a cero todo lo que uno desearía. Bien lo sabe Buffon, que frente a rivales españoles ha sufrido probablemente algunos de sus peores días en el fútbol. ¿El 4-0 en la final de la Eurocopa 2012? ¿El 4-1 en la final de la Champions 2017? ¿El 3-0 del Bernabéu del pasado septiembre?

Chiellini no lanza ese dardo a Guardiola porque sí, tan sólo constata un cambio en la forma de jugar, una corriente que ha llegado incluso a Italia. En realidad, podría verse como un elogio a Pep por su tremenda capacidad para marcar tendencia: la Moda Pep. Es cierto que los defensas ya no se limitan a cortar y cargar pulmones de nuevo, que se empeñan en empezar la jugada mucho más de lo que ocurría hace unos años, el patadón y tente tieso ya es historia. Los tiempos cambian, también en el fútbol. Pero pese a ello Chiellini cree que cada uno debe ser fiel a su ADN. Lo dice en la previa del Suecia-Italia, compareciendo en rueda de prensa con una cicatriz sobre su ceja izquierda. Una herida reciente. Quizá esa marca en la piel simbolice mejor que nada la historia del fútbol italiano.