Terapia menos para uno. La mejoría prudente del Real Madrid en el segundo tiempo le alcanzó para someter a Las Palmas, que modificó su sistema habitual por una defensa de cinco jugadores. El alivio madridista no vino acompañado de la redención de Benzema.

Torpeza en el remate. El delantero francés agravó su riña con el gol tras echar por tierra dos ocasiones claras, especialmente un mano a mano en el minuto 3, que recrudecieron los pitos del Bernabéu contra su figura. Su balance realizador resulta desalentador: dos tantos en 28 remates este curso.

Errático con balón. Benzema apenas intervino en el juego de ataque y cuando lo hizo careció de toda eficacia. Sólo dio 18 pases en 75 minutos, seis fueron erróneos (ocho pérdidas en total). Ni rastro de su condición de jugador asociativo.

Pierna floja. Nunca se ha significado por salir ganador en los balones divididos ni por ser un futbolista de perfil batallador, pero ni en una noche apagada exhibió signo alguno de rebelión. Perdedor en los tres duelos individuales que mantuvo. Otra bala gastada por Benzema.

Misma posición

Esta imagen se repitió en diferentes momentos de la primera parte. Benzema y Cristiano, situados en la misma línea y casi pegados entre sí.

Presión descuidada

No se aplicó en tareas defensivas y dejó las vías de pase abiertas para la salida de Las Palmas. Apenas ayudó en la presión del Madrid.