Se echa en falta la fiabilidad

Si no ganas en dos partidos al Qarabag, no te queda otra que creer en los milagros, y todo porque, de nuevo, se repitieron los problemas en las dos áreas: gol a balón parado y numerosas posibilidades de hacer más daño del que se hizo. Los rojiblancos, en su año más difícil —no pudieron fichar en junio—, echan en falta la fiabilidad que les consolidó en el pasado. Esa concentración y tensión que hacían la vida imposible a los delanteros contrarios y esa dosis de pegada letal que exhibían.

Hablamos del segundo equipo menos efectivo de la competición, sumando disparos realizados y goles, y eso, en una competición del calibre de la Champions, termina por condenarte. Los del Cholo fueron un quiero, eso no se duda nunca con este equipo, y un no puedo. La creatividad, definición e improvisación que a día de hoy tienen los equipos top se echa en falta en el Atlético, es lo que marca la diferencia. Los rojiblancos echan en falta, por un motivo o por otro, la aparición de los jugadores que deben decidir en los momentos de la verdad. Es la exigencia, la de un club con un presupuesto ya importante en el panorama europeo para mantener a unos jugadores con estatus de figuras. Después de la decepción, llegará la memoria y la gente tiene que ser consciente de que los del Cholo, si han de morir, será con las botas puestas.