“Las cosas se empiezan a complicar”
Como una isla en pleno mar revuelto, Sant Adrià se ha convertido en un búnker en estas dos semanas de zozobra político-social. El Espanyol, que dejó clara su postura desde el principio (a la que la plantilla y el cuerpo técnicos se sumaron), ha podido entrenarse además con todos sus jugadores menos Aarón, a quien no le hace falta estar en el grupo para mantener su nivel competitivo. Lo comentó el entrenador ayer, al afirmar que prácticamente todos los futbolistas habían superado ya el proceso de acoplamiento. Llega la hora de la gestión del grupo, la tarea más complicada del entrenador esta temporada o al menos hasta enero, cuando se puede aligerar con un par de salidas.
En sus conferencias de prensa, Quique se refiere cada vez más a los aspectos emocionales que a los racionales. El técnico confía en los buenos momentos de los jugadores y las pequeñas sociedades que se puedan crear en el campo, por eso en las últimas cuatro jornadas ha repetido el mismo equipo titular salvo que las lesiones se pusieran de por medio. Pau le gana la partida a Diego López o Hermoso está aventajando a otros centrales. “Las cosas se me empiezan a complicar”, reconoció. Gestionar una plantilla de 25 jugadores y mantener el interés competitivo de todos, así como el buen ambiente en el vestuario, sería un éxito, digno de formar parte de cualquier tesis doctoral de ciencias empresariales. Aunque el Espanyol funcione, Quique se verá obligado a mover piezas para mantener los equilibrios. Una carrera que comienza hoy ante un Levante que recuerda a aquel incómodo Leganés.