El tenis mundial cambia de reina

Garbiñe Muguruza celebrará este domingo su 24 cumpleaños sin el número uno. Aunque sería más exacto decir que lo celebrará en su último día como líder mundial, porque será oficialmente el lunes cuando se proclame la nueva reina, Simone Halep, que virtualmente lo es desde el momento que derrotó este sábado a Jelena Ostapenko y se metió en la final de China. La hispano-venezolana ha ocupado el trono durante cuatro semanas. Y no podemos descartar, más bien al contrario, que vuelva a proclamarse la mejor en breve, incluso en este mismo mes en el WTA Finals de Singapur (o Masters femenino, si lo prefieren). Esas velas que soplará Garbiñe nos señalan también la mayor esperanza de futuro. Todavía tiene un largo recorrido como tenista, ya instalada entre las maestras y con dos Grand Slams en su palmarés.

El número uno femenino es una poltrona inestable desde que Serena Williams, con 36 años y temporalmente retirada por su maternidad, dejara de ejercer su dictadura. En lo que va de campaña, estamos ante el séptimo cambio de líder y ante la quinta tenista diferente que lo ocupa. La propia Halep había tenido antes tres oportunidades para coronarse que no supo aprovechar. La rumana llega a la cima sin haber ganado un Grand Slam, como sí ha hecho, por ejemplo, su rival de semifinales en Pekín. Ninguna ha repetido victoria este año en un grande. Todo eso da una idea de la igualdad dominante en el circuito de la WTA. Y también de la irregularidad. De las últimas reinas, Muguruza es la más joven. Halep tiene 26 y Pliskova, su predecesora, 25. Si doma los altibajos, y esta temporada ha comenzado a domarlos, volverá a lo más alto. Muy pronto.