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Heynckes, una arriesgada apuesta por el pasado

Alemania

Justo en uno de los peores momentos de su historia más reciente, después de una revolución en el vestuario que terminó en la destitución de Carlo Ancelotti como técnico del Bayern, el campeón alemán sigue negándose a iniciar un cambio de ciclo y apuesta por las glorias del pasado. Según informa el diario Bild, el elegido para suceder al italiano en el banquillo del Allianz será el mismísimo Jupp Heynckes, héroe del triplete en 2013 que le puso fin a su carrera ese mismo año y desde entonces lleva cuatro temporadas sin dirigir a un equipo. ¿Una decisión acertada?

No lo puede ser. Primeramente, porque los tiempos han cambiado. En aquel entonces, Heynckes heredó un equipo diseñado por Louis van Gaal que se encontraba en su mejor momento, tanto de edad como de fútbol. Robben y Ribéry andaban frescos, Kroos acababa de dar el salto al estrellato y la dupla Schweinsteiger-Martínez hacía de aspiradora de lujo. Un equipazo en toda regla, en el que Jupp solo tenía que cuidar los egos. Ahora todo es diferente. El Bayern carece de filosofía en el campo, jugadores como Ribéry, Robben o incluso el propio Müller atraviesan momentos de lo más dificil y, lo peor, no es un equipo. Existen bandos en la plantilla, por un lado la alemana, formada por los internacionales teutones, por el otro la latina con Vidal, James y compañía al frente. Mandan los egos, esos que acabaron hasta con el pacificador Carletto.

La idea está clara: poner el Bayern en manos de Heynckes hasta final de temporada para que el joven Julian Nagelsmann, entrenador de moda en Alemania debido a sus éxitos al frente del Hoffenheim y objeto del deseo de Uli Hoeness, pueda hacerse cargo del club en la 18/19. Todo claro hasta ahí, pero qué se le pasó a Heynckes por la cabeza para hacerse cargo de los muniqueses por cuarta vez en su historia y poner en peligro la imagen que dejó en Múnich tras despedirse cuatro años atrás con el triplete. Lo cierto es que tiene todas las de perder, sobre todo porque el Bayern es una sombra de sí mismo. Pero el fútbol no deja de sorprender y, por el bien de un grande como lo es Don Jupp, espero que vuelva a hacerlo.