Mikel Landa reclama sus galones

Mikel Landa retoma la competición dos meses después para disputar las últimas carreras de la temporada, que también serán las últimas con su actual maillot. Después de cuatro años en equipos extranjeros, dos en el kazajo Astana y dos en el británico Sky, el alavés vestirá en 2018 los colores del Movistar, la única escuadra española del World Tour. No le ha ido tan mal a Landa en su periplo exterior. Se marchó como una promesa del ciclismo y regresa como un firme aspirante a las grandes. En este tiempo ha sido tercero en un Giro (2015), cuarto en un Tour (2017) a un segundo del podio, y ha ganado etapas importantes en Giro y Vuelta. Tiene la mejor edad para el ciclismo profesional: cumplirá 28 años en diciembre. Tras la jubilación de Alberto Contador, el pelotón español necesita que el vasco asuma más galones.

Landa no ha podido ostentar ese liderazgo en las últimas campañas. Si aceptas correr en el extranjero, te expones a esos riesgos. Cuando quedó tercero en el Giro fue parado para ayudar a Fabio Aru. Cuando acabó cuarto en el Tour fue frenado para escoltar a Chris Froome. En ambos casos tenía piernas para un resultado mejor. También tuvo una oportunidad en Italia en 2016 que no supo aprovechar. Todo forma parte del mismo aprendizaje. Ahora reivindica, incluso exige, esa responsabilidad de jefe. Se la ha ganado. Pero lo hace en un Movistar con otros dos líderes, Nairo Quintana y Alejandro Valverde, que también se merecen el lugar que ocupan. El calendario es amplio y tendrán que repartírselo para evitar fricciones. Pero si Landa ha cambiado de equipo, no será para volver a caer en el mismo hoyo.