Rossi no es de este mundo
Gestas como la de Motorland nos recuerdan cada domingo que es uno de los grandes de la historia de este deporte.
Lo repetiré a modo de penitencia por mi error tanto como sea necesario: nunca imaginé que Rossi llegaría hasta donde está hoy. No pensé que seguiría persiguiendo su décimo título durante tanto tiempo sin conseguirlo, menos aún con 38 años y más de 20 en los grandes premios. Y tampoco hubiera dicho que saldría desde la primera fila de la parrilla en Aragón, que llegaría a soñar con ganar y que acabaría en la quinta posición tan sólo 24 días después de sufrir una grave lesión en la pierna derecha. Es italiano aunque diría que no es de este mundo, tiene tanto mérito lo que hace que se escapa al entendimiento de todos. Parece que este año tampoco logrará su objetivo, pero gestas como la de Motorland nos recuerdan cada domingo que es uno de los grandes de la historia de este deporte.
Al margen del pundonor de Valentino, ha sido un día perfecto para los españoles de MotoGP. Márquez se marcha al periplo transocéanico del Mundial afianzado en sus ambiciones de lograr su cuarta corona de la categoría reina, con una victoria trabajadísima porque no se le veía tan cómodo con su Honda como es habitual en este circuito. Pedrosa fue de menos a más para acabar segundo aunque quizá Lorenzo era el hombre más feliz del podio, liderando durante tantas vueltas que parecía que había llegado el turno para su primer triunfo con Ducati. No ha sido así pero el objetivo se antoja más cercano y eso es una estupenda noticia. Como también lo es que otros cuatro españoles (Viñales, Aleix, Bautista y Pol) hayan cruzado la línea de meta entre los diez primeros, algo que debemos valorar en su justa medida.