Mel, Tino y la nueva frontera

El partido de esta tarde en el Benito Villamarín tiene un claro protagonista: Pepe Mel. El técnico madrileño regresa a la que fue su casa durante diez años, entre su etapa de jugador y entrenador. Más de 200 partidos en un banquillo dan de sobra para que volver a pisar el estadio donde vivió sea más que especial, para él y para gran parte béticos que hasta hace poco lo jaleaban. Pero el regreso a casa no le llega en su mejor momento, ni mucho menos. Un punto de nueve y pocos signos de vida en el equipo.

A eso hay que sumar un presidente que ya viene apretando. “Ojala se consolide Mel, pero si tenemos que cambiar, volveremos a cambiar. No lo veo un drama”, aseguró este jueves. Con tres jornadas en ocho días tiene pinta que el experimentado entrenador afronta ya su primera reválida a golpe de septiembre. Si las cosas marchan en este triple test, la exigencia no desaparecerá porque Tino ha marcado una nueva frontera para el Deportivo: mirar al décimo puesto y con la condición extra de adelantar al Celta. No está mal el salto después de tres temporadas salvándose de manera agónica. A la espera de que Lucas coja la forma, Mel hará hoy su primera revolución. Casi medio equipo nuevo respecto a la Real Sociedad con el gigante Pantilimon al frente. A grandes males, grandes remedios.