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Los árbitros no deben ser electores

Supongo que en las elecciones próximamente previstas se resolverá el sudoku en que se ha convertido el asunto de la presidencia a la Federación.

A mí las elecciones, y a pesar de haber sido asambleísta y por tanto, haber ejercido voto en algunas ocasiones durante mi carrera, no me parecen bien delineadas. Creo que sobran los votos del estamento arbitral, creo que está de más que los árbitros voten al presidente de la Federación, que se nos da una participación vacía, formal pero inútil, incluso contraproducente. Es necesario que el arbitraje sea independiente, difícil que se garantice esa absoluta independencia cuando suman los votos. Luego le pedimos peras al olmo, y que no se ponga en duda nuestra profesionalidad y honestidad, pero es difícil para el imaginario público cuando algunos candidatos y sus escuderos tienen, de alguna forma, "el control de los votos de los árbitros". Es lo que se entiende como un sistema clientelar, un círculo de favores dónde me tienes que dar para que yo te de, luego de tu interés depende facilitar mi poder. Y digo clientelar porque aquí no fluyen los sobres con papeles porque de lo contrario tendríamos que hablar directamente de jerarquía mafiosa. Difícil de demostrar sin rastro material, eso que los anglófonos llaman "smoking guns", pero no cabe duda de que una buena garantía de la independencia arbitral sería no participar del politiqueo empresarial del fútbol. Separación de poderes, de toda la vida. Sin espacio a la influencia subconsciente, a la acaparación del poder de los mismos grandes, sin duda del ejercicio neutral de la profesión.

No sé lo que opinarán los árbitros de este debate que necesariamente abro, pero yo he pensado durante toda mi trayectoria que, puestos a votar, lo más conveniente sería que nos dejarán elegir al presidente de los árbitros en lugar de que otro lo pusiera a dedo. ¿Tiene más lógica, no? Porque, ¿A quién se debe el presidente de los árbitros? ¿A sus colegiados o a quien le ofrece su puesto de influencia? ¿Cómo ir a solicitar consideración de derechos y mejoras a una persona que debe su cargo a un poder jerárquicamente superior? ¿Así va a anteponer los intereses de sus representados?

La Federación está transitando por una crisis sin precedentes en su hegemonía intocable. Puede ser el momento ideal para cuestionarse si el sistema es limpio y funciona, que parece que no. Una evolución a tiempo...