La otra inquietud de Zidane: anular a Parejo

Máxima exigencia. La dimensión del Valencia, rival siempre bacheado para el Real Madrid, requerirá respuestas de primer orden táctico a Zidane. La coyuntura le ha dejado con un sólo central disponible, pero ese no ha de ser el único motivo de desvelo para el técnico madridista. Marcelino ha traído un aire renovado al equipo ché y ha acentuado la importancia de Parejo, solista valencianista frente al que el conjunto blanco se debe bilndar.

Función colectiva. El peso de Parejo se verificó ante Las Palmas en la jornada inaugural (70 pases buenos). Sólo se le recuerda un error grave en el 63’, que acabó en ocasión de Viera. Por ahí se argumenta la necesidad del Madrid de neutralizarlo. Isco, junto al empuje de Modric y Kroos, tendrá que encimar su salida. Benzema tampoco podrá esquivar esta misión. La vuelta de la Supercopa ante el Barcelona validó su papel en la presión. Busquets da fe de ello.

El rol de Soler. La nueva ubicación del canterano como falso extremo en la izquierda no causa sorpresa. Marcelino siempre utiliza a un interior como jugador de banda. Fue el caso, por ejemplo, de Jorge López en el Racing o Denis y Jonathan en el Villarreal. Soler asomará por dentro, tanto con balón como sin balón, y aligerará las incorporaciones de Gayá. Modric y Carvajal establecerán el candado.

Juego con Zaza. La ausencia definitiva de Varane desplazará, posiblemente, a Casemiro al centro de la zaga y dará la alternativa a Kovacic como pivote, posición en la que lució ante el Barça en el Bernabéu. El Valencia posee la capacidad de desplegarse por las alas y la opción de interpretar un fútbol más directo con Zaza como soporte. La envergadura del italiano reclamará la acción de Casemiro y Nacho como la atención de Kovacic en la segunda jugada. Todo el Madrid en alerta ante un Valencia de posibles.