Una noche para captar adeptos
La Fiorentina tiene más pasado que presente. Los viola fueron en su día un gran equipo de Italia. Por allí pasaron Antognoni, el gran Batistuta (la otra leyenda histórica del club transalpino), Mijatovic (el héroe de la Séptima dejó el Madrid para irse allí en 1999) y canteranos madridistas con cuajo como Borja Valero (ahora en el Inter) y Marcos Alonso (consagrado como estrella del Chelsea de Conte). La Fiorentina que hoy veremos en el Trofeo Bernabéu está alejada de esos buenos tiempos, luce poco palmito y escaso talento. Pero no deja de ser una ocasión estupenda para disfrutar del mejor equipo del mundo. El Madrid, ya sea en su versión A, B o C (aunque Zidane ya ha desterrado esa idea y va a jerarquizar a toda la plantilla por igual), siempre es un placer para la vista. Y muchos turistas y peñistas lo saben. Esta noche calurosa del estío madrileño pondrá sus focos en la velada que mantiene una tradición sagrada: homenajear a Don Santiago Bernabéu, el mejor presidente de la historia del fútbol.
Por 10 euros, el precio de las entradas más asequibles, se puede ver el encuentro. De hecho, quitando los euroabonados que prefieran quedarse en la playa, el resto dará un gran aspecto al coliseo de La Castellana. Yo, desde luego, no me lo pierdo. Desde que falleciese en 1978 Don Santiago, este trofeo es una liturgia para todos los madridistas. Rendirle culto es un deber moral para los que pudimos disfrutarle en vida (aunque yo sólo hasta que cumplí los 13 añitos) y para las nuevas generaciones. Muchachos, hay que saber de dónde venimos para saber adónde vamos...