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Al trantrán

Me sorprendió comprobar hace unos años que un erudito académico desconocía la expresión “al trantrán”, para mí tan familiar. Deduje que yo dominaba su uso gracias a haberla aprendido en el mundo del fútbol: “Ese jugador va al trantrán”. Y que él no compartía conmigo esa pasión tan intensa.

“Al trantrán” no figura en el Diccionario, pero tampoco están en él palabras como “estaribel”, “pifostio” o “bocachancla”, “vallenato”, “rompesuelas”, “ojiplático” o “viejuno”, entre otras muchas. Eso no quiere decir que no se puedan usar, sino que la Academia no ha considerado que tengan una extensión suficiente como para aparecer en él.

Cuando esa presencia se da, los filólogos analizan qué significado puede tener, examinando las coincidencias y las divergencias en su uso. Y como ustedes y yo somos futboleros, podemos consensuar una definición que ayude a los ilustres académicos y les acorte el camino.

Creo yo que jugar “al trantrán” es hacerlo como sin querer, sin sudar mucho. Si un equipo gana 0-6 en el partido de ida, bien puede jugar al trantrán en el de vuelta. Véase esta frase de una crónica: “Después de unos primeros 45 minutos jugados al trantrán, el Mallorca apretó los dientes tras la reanudación”.

Cuando la palabra se acepte, que algún día se aceptará, tendremos que ponernos de acuerdo, eso sí, sobre la grafía. Porque el hecho de que no haya una norma fija ha provocado que veamos escrito “al trantrán”, “al tran tran” o “al tran-tran”.

El Diccionario de la Real Academia se considera obviamente el más importante repertorio léxico del español, pero no es el único. Algunas editoriales han promovido sus propias obras, tradicionalmente más ágiles y permisivas. Así, el diccionario Vox sí incluye “al trantrán”, con este significado: “Con gran lentitud, sin ninguna prisa: ‘el deportista estaba tan cansado que corría al trantrán”.

Por su parte, el ‘Libro de estilo de El País’ recoge esta entrada con la siguiente explicación: “Expresión no recogida por la Academia, pero de cierto uso en las páginas deportivas y en otros ámbitos. Significa ‘dejándose llevar’, ‘sin interés’, ‘sin esfuerzo’. ‘El Betis ganó jugando al trantrán”.

Y sobre la grafía, precisa: “En El País se escribe como palabra aguda, todo junto y con tilde”. Es decir, “trantrán”.

La palabra suena muy expresiva, pues por su sonido evoca la marcha lenta de un tren, un carromato, quizás un coche. Cuando alguno de ellos sólo puede ir al trantrán, quizás algo no funcione bien.