Los Nieto nunca caminarán solos

Hace hoy una semana que la caravana mundialista perdía para siempre a uno de sus ciudadanos más ilustres, por carismático y por currículum, por personaje y por leyenda, Ángel Nieto. La noticia convirtió en un homenaje continuado al maestro el GP de la República Checa, al que lógicamente faltaron sus hijos Gelete y Pablo, que trabajan en la actualidad en diferentes cargos en los equipos Reale Avintia de MotoGP y Sky VR46 de Moto2 y Moto3, además de dirigir el GP Rooms en el que habitan 23 pilotos en las carreras europeas. Ambos regresarán este viernes a un circuito, a su casa, conscientes de que ya no podrán cruzarse por él nunca más con su padre, pero sabiendo que no estarán solos, porque son muy queridos y apreciados dentro del paddock.

Me confesaba Pablete antes de viajar que estaban intentando recobrar la normalidad y que tanto él como su hermano son conscientes de que las emociones aflorarán en el momento de reencontrarse con su familia mundialista. Su progenitor ya no está, pero queda su enorme legado, a nivel deportivo y humano, siendo ellos unos dignísimos embajadores de una figura tan grande como fue la del doce más uno. A ninguno se les conoce enemigos y reparten sonrisas, simpatía y buen rollo allá donde van, así que, por muy duro que se les hagan los primeros pasos, ninguno de los dos caminará solo en esa senda hacia la normalidad. La herencia de Nieto también es un montón de amigos que no les da la espalda en los peores momentos, y eso es extensible a toda la familia, no sólo a Gelete y Pablo.