Cuba tiene el sistema perfecto
El sistema de detección de valores que practica Cuba es el mejor del mundo. Se le agota un campeón y tiene otro detrás. Y si este también se agota, por lo que sea, viene una nueva oleada de estrellas. ¿Cómo se justifica que un país pequeño, con problemas económicos, pueda estar siempre entre los mejores? Por dos motivos: la inmensa calidad natural de que disponen y la perfecta organización que han creado. He estado cuatro veces en la Perla del Caribe, me han explicado cómo funciona aquello, desde Alberto Juantorena (¡cuántos años hace que no nos vemos!) a Iván Pedroso, que está en Guadalajara. Algunas pinceladas añade Javier Sotomayor.
Es muy difícil que un posible campeón escape a las redes de captación cubanas. Los maestros de escuela informan de aquellos chicos y chicas que pueden ser atletas. El primer escalón consiste en hacer de todo, una especie de decatlón continuo, y de ahí se va enfocando a los atletas a las especialidades en las que puedan brillar. No se impide hacer deporte a nadie, en contra de lo que se ha dicho alguna vez, pero el Estado cubano apuesta sobre seguro: “Usted es bueno y vamos a gastar dinero en su preparación; usted no lo es, y puede seguir haciendo deporte, sin problemas”. ¿Y los entrenadores? Quizá los mejores del mundo.