A Bolt le queda aún una bala
Usain Bolt se despidió de los 100 metros el pasado sábado, con ese bronce que seguro que le escoció, porque, como bien dijo, no se imaginaba perder en su despedida. Pero sigue en Londres, porque su participación no se ha terminado. Tendremos una ocasión más para admirarle el próximo sábado. Tras esa carrera poco vertiginosa de anteayer, pero tremendamente igualada y emocionante, que ya está en la historia más por la derrota de El Relámpago que por otra cosa, le esperan los 4x100 metros. Esa será la verdadera despedida de todo. Ahí sí que estará el punto y final. Luego le espera el descanso, el disfrute de su fortuna, las noches pinchando discos en Kingston, las actos publicitarios que le organice Puma... Pero la derrota en el hectómetro le habrá espoleado.
La batalla del cuarteto jamaicano contra el estadounidense siempre ha sido épica y, en cuanto a Mundiales se refiere, Jamaica vence ininterrumpidamente desde Berlín 2009. Ambos países suelen estar equilibrados en potencial individual, la mayor parte de las veces, y la diferencia la marca el buen hacer en el cambio del relevo, ese cilindro de aluminio que hay que pasar de mano en mano en un ejercicio de precisión absoluta. Cada atleta debe saber la velocidad a la que llega su compañero, el momento en que debe arrancar para entregar al límite de la zona... Estados Unidos no sabe de estas cosas, apenas, y tiene una tradición de descalificaciones realmente notable. Bolt estará de nuevo con nosotros, el sábado. Ese será su verdadero adiós y quiere hacerlo con un oro. Su décimoquinta medalla.